Israel es un estado (democrático, no se olvide) de pequenísimas dimensiones, rodeado de enemigos por todas partes. Una organización terrorista fundamentalista, Hamas, se encarga de lanzar día sí y día también cohetes contra su territorio. Si ese pequeño estado decide responder a estas acciones continuadas militarmente, se convierte, según nos cuenta el 90 por ciento (y me quedaré corto) de periodistas e intelectuales (?) españoles, en un monstruo genocida.
Son de lamentar las víctimas civiles, pero como lo son en cualquier acción bélica. Ni más ni menos. Y nadie puede quitar a Israel el legítimo derecho a defenderse. Esa es la realidad, por mucho que les pese a los periodistas e intelectuales (?) españoles que tienen las neuronas reblandecidas y el corazón siempre en la (extrema) izquierda.
lunes, 5 de enero de 2009
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