Álvaro Vermoet Hidalgo en Libertad Digital
Libertad Digital ha publicado algo tan escandaloso como poco sorprendente: la Junta de Andalucía viene subvencionando de forma directa a CCOO y UGT con unos 265 millones de euros, euro arriba euro abajo, y a la patronal CEA con otros 160 kilos. Y además sin cortarse un pelo pues no se trata de subvenciones para proyectos que hayan "ganado" estos sindicatos, sino subvenciones que llevan el nombre del adjudicado en el propio título de la convocatoria. Escandaloso, ¿no? Pues resulta que además de las subvenciones directas están las indirectas; que aparte de a la Junta de Andalucía tenemos a las otras dieciséis taifas subvencionadores de las respectivas agrupaciones autonómicas de los sindicatos; que luego están los tropecientos ministerios subvencionadores de las diversas federaciones sectoriales de los sindicatos (enseñanza, función pública, mujer, juventud...); la Comunidad Europea y los ayuntamientos. Y nada de esto incluye la financiación de sus congresos, las dietas de sus representantes, las sedes cedidas gratuitamente y los sueldos de los liberados sindicales para disfrazarse de médicos y agredir a los políticos del Partido Popular.
Paseando la otra noche por Madrid, me topé con el modesto pisito que hace de sede de la SGAE. Y al pensar en el palacete de los artistas subvencionados, en las subvenciones a los sindicatos y a las patronales, en los miles de Consejos Escolares, Consejos de la Juventud, Consejos de Participación, Consejos de la Mujer y no sé cuántos mil homólogos (todos ellos subvencionados como tales y en los que no falta la presencia, previo cobro de cuantiosas dietas, de los representantes de los sindicatos, que a su vez cobran como liberados), me vino a la cabeza una frase de Margaret Thatcher, "What Britain needs is an iron lady".
Han pasado treinta años y la herencia de Thatcher sigue presente en la política británica, tanto entre los conservadores como en el nuevo laborismo, que si bien es cierto que empieza a alejarse de la herencia de Blair también es verdad que es más liberal que muchas derechas de la Europa continental. Y los todopoderosos sindicatos que tenían paralizada la vida económica inglesa nunca recuperaron semejante protagonismo, entre otros, en el sector de la enseñanza.
Como en España el papel de lobby lo absorbe prácticamente por completo el separatismo, tanto dentro como fuera de los partidos nacionales, no sé si mandan tanto los sindicatos como en la Inglaterra de los años 70, pero sí sé que se han convertido en auténticos ministerios (y auténticas consejerías y concejalías). Los contribuyentes españoles no pueden seguir soportando la carga de tener que financiar 17 Estaditos con delirios de grandeza (embajaditas, parlamentitos, televisioncitas autonómicas, cochazos oficiales, y tal) y un Estado gobernado por la progresía más demagoga que se dedica a crear ministerios inútiles (Vivienda, Igualdad, Innovación...), observatorios inútiles, leyes inútiles (como la de Igualdad), asignaturas inútiles en las escuelas y, en resumen, a despilfarrar de forma escandalosa el dinero público de todos los españoles. Y si a eso le añadimos el subvencionar a estos sindicatos y a estas patronales de tamaño equivalente a los Gobiernos limitados del mundo anglosajón, la conclusión sólo puede ser una: lo que necesita España es una dama de hierro.
viernes, 20 de febrero de 2009
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