domingo, 29 de marzo de 2009
Aberraciones
Hay quien considera (muchos, demasiados) que un feto es menos que un niño. Siguiendo ese razonamiento, podemos llegar a conclusiones, cuando menos, curiosas. A saber: un niño es menos que un adolescente, un adolescente es menos que un joven, un joven es menos que un adulto, un adulto es menos que un viejo y un viejo es menos que... ¡un muerto! Ergo, un muerto vale más que un vivo. No me atrevería yo a afirmar que en algunos casos no sea así, pero por regla general es una afirmación insostenible. Diría uno más bien que el hombre (me refiero a la especie, no al sexo -que no género-) en todas sus etapas tiene derecho a vivir y a que se le permita su normal desarrollo, por lo tanto no puedo considerar el aborto más que como una aberración impropia de una sociedad civilizada como a la que en teoría pertenecemos. Pero mucho me temo que nuestra civilización cada vez es más teórica.
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