Esteban, por supuesto. Cuando un mal entendido laicismo va postergando los belenes navideños, esta Belén de San Blas se ha convertido en el irremediable y multitudinario icono final del año de la crisis, esa crisis sin rostro que se encarna en los de cuatro millones de parados y doscientos mil empresarios en quiebra.
jueves, 31 de diciembre de 2009
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