José Jiménez Lozano en La Razón
Ni el Príncipe K. ni Custine conocieron, ciertamente, las siniestras gobernaciones, precedidas y mantenidas por los más perfectos lavados de cerebro; ni tampoco las prácticas ulteriores de las democracias mismas que se parecen, cada vez más frecuentemente, a todo eso como un huevo a otro huevo.
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