Una cosa es que la ecología sea importante y que el cambio climático pueda llegar a suponer un problema en el futuro: son asuntos abiertos a un intenso debate científico que en absoluto hay que rechazar o perder de vista. Otra, muy distinta, es dar pábulo a cualquier información tergiversada, sin base científica alguna, para justificar el cercenamiento de nuestras libertades. La tragedia precisamente está en que hace unos 35 años, la prensa libre e independiente destapó el Watergate y hoy ha contribuido a encubrirlo.
sábado, 5 de diciembre de 2009
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