Misteriosamente, la labor que desempeñan las bibliotecas, supervisada por el dominio, se engloba en la difusa categoría de «democratización de la cultura»; en cambio, la labor que desempeñan los internautas es calificada de «crimen», tan pavoroso que justifica que nuestras navegaciones por internet sean «supervisadas» y nuestras conexiones interrumpidas, si el dominio descubre que estamos compartiendo con otro internauta una canción o una película.
lunes, 7 de diciembre de 2009
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