Este reivindicado, con la colectivización del agro, consiguió que la Unión Soviética tuviera que importar trigo de los EE UU y carne de Argentina. Más de diez millones de personas cayeron bajo él, un analfabeto funcional sin obra parejo a su antagonista Hitler. Ahora es reinar después de morir. Como decía Charles De Gaulle la sangre seca rápido.
martes, 22 de diciembre de 2009
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