Jorge Valín en Libertad Digital
Ningún político convertirá este país en un lugar de prosperidad: son el problema no la solución. Lo que convierte a España en un país de pandereta es la pasividad de sus ciudadanos que parecen más preocupados por el partido de futbol de la semana o por quién será el finalista de Gran Hermano, que por su propio bienestar económico y libertad individual. Si el ciudadano no se moviliza contra el Poder, contra la oligarquía política y su corte de burócratas para exigir más libertad para la gente y menos Gobierno, vamos a dejar a nuestros hijos un país integrado en el tercer mundo. La culpa no será exclusiva de los políticos, también será nuestra si no les ponemos freno.
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