Gabriel Moris en Libertad Digital
Si los distintos órganos que configuran nuestro Estado de Derecho no nos hubieran olvidado, con toda seguridad las pesquisas e investigaciones sobre los atentados de los trenes de cercanías seguirían de plena actualidad. El punto y final practicado desde la sentencia del juicio y ratificado por el Tribunal Supremo habrían sido un mero comienzo de una etapa nueva en las investigaciones de la terrible masacre. Si el olvido es la base de la injusticia, con las víctimas del 11-M y de otros muchos atentados terroristas se está practicando la injusticia más despiadada, la del olvido.
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