Salgo a la calle, y veo los bares llenos, y los coches venga a gastar gasolina en los embotellamientos, y el Ikea a rebosar, y las discotecas llenas. Es mentira que haya cuatro millones de parados. Mentira cochina. Salvo, claro está, que estemos viviendo el verdadero milagro español: el milagro del dinero negro y de la economía sumergida.
miércoles, 27 de enero de 2010
No me creo el número de parados
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