María José Carrascosa fue hallada culpable de nueve delitos, uno de ellos por haber secuestrado y trasladado a Valencia a su propia hija, ciudadana estadounidense, faltando al convenio de custodia suscrito formalmente con quien había sido su marido. El caso estaba cantado y sólo en España la señora Carrascosa habría tenido alguna esperanza de que su condición femenina prevaleciese sobre la circunstancia criminal. Personalmente creo que el juez norteamericano se ha limitada a ejercer sus funciones sin dejarse intimidar por la dichosa discriminación positiva, de modo que a instancias del jurado popular que la declaró culpable, ha dictado su sentencia pensando que lo que la señora Carrascosa tenía entre ceja y ceja era sin duda más importante que lo que pudiese tener entre las piernas.
viernes, 19 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario