Jorge Alcalde en Libertad Digital
La ciencia no ha podido despojarse de cierto sesgo judeocristiano en muchos de sus planteamientos. Todo ha de tener un principio y un fin. Todo nace y todo muere. El tiempo fluye en una sola dirección y los acontecimientos se suceden en orden hacia un objetivo (crecen, evolucionan, decaen, mutan...). Pero ¿y si el Cosmos fuera en realidad un ciclo y no una flecha? (...)
Wun-Yi Shu cree que un replanteamiento de algunos conceptos como la gravedad, la materia y la velocidad de la luz podrían conducirnos a ecuaciones que permitirían demostrar que el Universo jamás nació, que el tiempo no tiene principio ni fin.
Cuestionar hoy el Big Bang, como cuestionar el cambio climático u otros dogmas de la fe científica, es similar a negar la existencia de Dios hace unos pocos siglos. La Ciencia se ha convertido en religión y los herejes van a la hoguera del descrédito o el ninguneo. Dese Wun-Yi Shu por chamuscado.
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