Editorial de Libertad Digital
La indigna renuencia del Ejecutivo español a condenar actos tan execrables como los perpetrados por Marruecos hace escasas semanas en el Sahara no se borra con la tibia y tardía condena que finalmente tuvo que suscribir el PSOE para no quedarse solo en el Congreso. Y, desde luego, esa pusilanimidad, como ha quedado por enésima vez en evidencia, lejos de aplacar las provocaciones de Rabat, no hace otra cosa que alentarlas.
jueves, 9 de diciembre de 2010
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