Si yo llamara imbécil a la señora Rahola, además de faltar más o menos a la verdad, estaría siendo un grosero y un maleducado. Si Pilar Rahola llama imbéciles a los que no piensan como ella, no pasa nada, pues la señora Rahola es una impecable señora progresista y los "imbéciles" unos reaccionarios que bien merecido se lo tienen, eso y todo lo que se les diga o haga.
Si los señores de Intereconomía, con mayor o menor acierto, critican la inclusión de un transexual en la listas de Tomás Gómez, es porque son unos fascistas, franquistas, cavernícolas... Si el señor Jordi González llama puta a la madre de alguien que dice que él hace telebasura, es que el pobre se ha calentado y con pedir disculpas aquí no ha pasado nada, que el señor González es también un impoluto progresista.
Y es que si antes se decía que la tierra era para el que la trabaja, ahora podríamos decir sin temor a errar que el progreso es para el que se lo trabaja, es decir, para los progresistas. El progreso y la libertad y la democracia y la igualdad y bla bla bla... Pues todo concepto más o menos noble queda en pura palabrería, usada a su conveniencia, en boca de estos señores.
Con su pan se lo coman su progreso... Que ellos sí que pueden, no como esos reaccionarios de los pobres.
domingo, 13 de febrero de 2011
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