Editorial de Libertad Digital
Siete años después de la masacre del 11-M, la única verdad incuestionable es el sufrimiento de las víctimas, un dolor multiplicado por el abandono, el olvido, la exclusión y el aislamiento a los que han sido sometidas por el Gobierno y por la oposición, por casi todas las instancias judiciales e institucionales, por la mayoría de los medios de comunicación y por quienes tendrían que investigar y llegar hasta el fondo de la mayor matanza terrorista de la historia de Europa.
viernes, 11 de marzo de 2011
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