Alfonso Ussía en La Razón
Rajoy, que tenía a su lado la lealtad y la brillantez de uno de los más grandes empresarios y economistas de España, despreció su talento, su oratoria y su sabiduría. Rajoy fue el que convenció a Pizarro. Abandonado en un escaño alto del Congreso, sin nada que hacer pudiendo hacer tanto, harto de la estupidez de su partido y sus dirigentes, Pizarro, con toda dignidad, se ha marchado a su casa y ha mandado a Rajoy a tomar por saco.
domingo, 31 de enero de 2010
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