De Zapatero y su Gobierno cabe esperar algo más que palabras ante la muerte del disidente cubano Orlando Zapata. Ahora se sorprenden algunos de que en Cuba pueda morir un hombre tras 85 días en huelga de hambre, abandonado a su suerte y sin asistencia sanitaria. Son ya muchos años de atrocidades. En Cuba no hay libertad, se persigue al que opina de forma distinta, se celebran juicios sin garantías, las condenas son arbitrarias, las deportaciones injustas y se suceden todo tipo de tropelías.
jueves, 25 de febrero de 2010
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