La banalización de la violencia, la mitificación de la competitividad, la exaltación mediática de la estupidez, la consagración de la abulia intelectual, la indiferencia por el mérito, la postergación del esfuerzo, el desarraigo familiar y la indiferencia paterna, el aislamiento juvenil en internet y las nuevas tecnologías, el naufragio educativo, el desentendimiento adulto, la ausencia de una estructura jerárquica de valores; todo eso tiene tanto que ver con estos dramas aterradores como esa ley boba, injusta e inútil que trivializa el castigo y casi gratifica el delito. Sólo que resulta más complicado de resolver y mucho menos cómodo de asumir.
martes, 6 de abril de 2010
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