Tras el fin de la era Bush, el Estado judío es el único occidental dispuesto a defenderse y defender la democracia mediante el uso de la fuerza. Sólo Israel se interpone entre los misiles iraníes y las capitales europeas, más preocupadas en polemizar sobre el Papa y en reconocer matrimonios homosexuales que en evitar un hongo nuclear sobre ellas. Que nadie se llame a engaño: la única esperanza occidental está en la tradicional determinación histórica del pequeño país mediterráneo. Si los israelíes no solucionan el problema iraní, garantizando su supervivencia y nuestra tranquilidad, nadie más lo hará. A estas alturas, sólo Israel puede salvar a Europa de los misiles iraníes.
sábado, 10 de abril de 2010
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