La nueva “policía” de Aído es tan inútil como su ministerio pero con un agravante. Y es que si sus funciones se institucionalizan, el que se atribuya también una potestad sancionadora será sólo cuestión de tiempo. Justo lo que necesita un país que, desde que gobierna el jefe de la señorita Aído, no deja de provocar desastres, infortunios y mucha, mucha vergüenza ajena.
domingo, 13 de junio de 2010
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