Está claro que los relatos de Troya son ficticios en parte muy importante. Quizá la historia de Helena sea una invención o, de existir, solo un pretexto para otros objetivos. Pero realmente no lo sabemos. Nos queda el arte y el encanto de la epopeya, y haríamos tan mal en reducirlos a intereses comerciales como en explicar las teorías intelectuales por el mero apetito de dinero de sus autores. Aunque deseen ganarlo, evidentemente.
viernes, 11 de junio de 2010
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