La selección española funcionó como una máquina bien engrasada, en la que cada pieza cumplió la función que le habían encomendado e incluso dio de sí esa «milla extra», que suele traer la victoria. Y esto es tan extraño en la España de hoy, donde cada parte tira por su lado, que vale más que todas las copas mundiales.
lunes, 12 de julio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario