Luis Ayllón en ABC
Como en Marruecos, en Cuba, en Venezuela, en China o en Guinea Ecuatorial, la actitud del Ejecutivo de Zapatero, que se proclama gran defensor de los Derechos Humanos, deja mucho que desear. Más bien, obliga a recordar la conocida sentencia de Groucho Marx: «Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros».
viernes, 26 de noviembre de 2010
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