Si algo se muere en el alma cuando un amigo se va, ¿qué pasa cuando el que anuncia que se va es Zapatero? Pues que los enanos del circo del PSOE se convierten automáticamente en estrellas de la NBA, y que empieza el baile en su granero andaluz de votos, donde los EREderos de Chaves cantan el MisEREre en una Semana Santa anticipada, porque los quitan de enmedio. A los que no pueden quitar, claro, es a los hijos de Chaves, aunque muchos los borrarían del mapa. Yo lo miro por otro lado. En esta España de tantos miles de jóvenes licenciados sin encontrar su primer trabajo, qué envidia, qué listos le han salido los niños a este hombre. Qué colocaciones más buenas han conseguido: la una, especialista en subvenciones de papá para su empresita; el otro, virtuoso comisionista inmobiliario. Sí, el otro, el que se casó con todo fasto y boato religioso en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla, donde no creo yo que se celebren precisamente bodas civiles propias del Estado laico que defiende el partido del que papá es presidente, ese PSOE que quita de las escuelas los crucifijos y la enseñanza de la Religión. El partido que ha mandado a su presidente, a papá, a por tabaco, quitándolo de Andalucía antes que saltaran los previstos escándalos y la jueza Alaya pidiera papeles, y colocándolo de Vicenada Tercero del autotitulado Gobierno de España.
Tapan a Chaves y borran todas las huellas de su paso por la Junta de Andalucía y yo sé por qué. Pero no sé por qué han borrado también de un plumazo nuestra presencia en Libia, la guerra en la que nos metió ZP sin que nos fuera nada en ello, como si tuviéramos una situación económica como para andar tirando el dinero en barcos y aviones. ¿Seguimos en guerra con Gadafi o hemos retirado ya los barcos y los aviones? ¿A qué viene este apagón informativo? ¿Es que no quieren hablar de la guerra de Libia para que Carmen Chacón (o Carme Chacó, o como demonios escriba su nombre castellanísimo esta charnega de Esplugas) no salga más de la cuenta en la carrera sucesoria de las primarias?
Como siempre, no hay nada más revolucionario que tener memoria. La memoria y la vergüenza son dos bienes escasos, más que el petróleo y que el agua. Recordarán que cuando con su ardor guerrero ZP nos metió en la guerra de Libia apoyando a unos rebeldes que ni siquiera sabemos quiénes son ni qué es lo que quieren establecer allí, cada dos por tres nos informaban de las misiones de nuestros aviones F-18. Iban a tomar café los pilotos de los F-18, y el Ministerio de Defensa daba un comunicado. Zarpaba la fragata «Méndez Núñez» de Rota, y allá que estaba Carmen Chacón (o Carme Chacó, o como demonios escriba su nombre castellanísimo esta charnega) retratándose con los marineros. ¿Dónde está la fragata? ¿Llegó a su destino o está de vacaciones en el mar? ¿En qué lugar se enamoró de ti y a qué dedica el tiempo libre la «Méndez Núñez», que dicen que nos cuesta allí al día 300.000 euros (que son 50 millones de pesetas)? En esta España de la velocidad máxima a 110, ¿cuántos miles de litros de combustible ha despachado ya el Boeing 707 de abastecimiento en vuelo? Y de ese submarino con nombre de chalé de Sotogrande, el «Tramontana», ¿qué se hizo?
Y sobre todo, los servidores de la Patria. Si no es mucho preguntar, ¿se puede saber en qué, dónde, cómo y para qué se están jugando la vida los cerca de 500 militares españoles que la absurda decisión de ZP metió en los peligros de esta guerra de la que por lo visto ya no es rentable hablar?
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