Frente a la situación de penuria de miles de empresarios, cientos de miles de familias y millones de trabajadores, las administraciones continúan con sus prerrogativas, falsean déficits, aplazan pagos, lanzan emisiones de bonos y engordan la bola de impagados e incumplimientos como si la salida de la crisis dependiera de imponderables cuya culpa siempre es de los demás, antes de las subprime y ahora de las revueltas en Oriente Medio. Cualquier excusa es buena para subir las facturas, los precios y la desesperanza.
viernes, 1 de abril de 2011
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