jueves, 8 de abril de 2010

El banquillo de Garzón

José García Domínguez en Libertad Digital

Que un arribista tan sobrado de ambición como huérfano de gramática, el ínclito Baltasar sin ir más lejos, viole todas las reglas procesales habidas y por haber, aquí, ni se comenta. Al cabo, ¿quién iba a echar de menos esos ridículos escrúpulos leguleyos? Es sabido, en este erial del raciocinio, el fin, jamás censurable tratándose de la progresía, siempre justifica los medios. Siempre. Igual da si se trata de acribillar a etarras presuntos por calles y plazas de San Juan de Luz, o de derrocar a Franco treinta y cinco años después de su plácido tránsito en una habitación de la Seguridad Social.

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