Si los yihadistas del mundo advierten la retirada del poder americano, intentarán ocupar el espacio rendido. Que la declinante potencia americana, cuya deuda y limitaciones económicas explican más de una renuncia en materia de defensa, deje el mundo a su suerte no es un avance sino un seguro de violencia y caos. Decía Ortega que las legiones romanas evitaron más guerras de las que causaron. Lo mismo es cierto para los marines y las armas nucleares americanos. Son, gracias a su poder disuasorio, la garantía de la paz. Ahora bien, cada vez que Obama hace una de estas se acerca más el 2013... y el discurso inaugural de Sarah Palin.
jueves, 8 de abril de 2010
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