Israel se está quedando sólo ante un peligro que no sólo afecta al Estado judío, sino a toda la comunidad internacional, empezando por los regímenes tradicionalistas del Golfo y acabando en los Estados Unidos, tras pasar por Europa. Hacer que la bomba iraní sea un problema exclusivo de Israel no sólo es una grave injusticia, sino un error estratégico.
martes, 20 de abril de 2010
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