David Jiménez Torres en Libertad Digital
España la necesita y la necesitamos los españoles como mito fundacional de la única España verdaderamente democrática que ha existido. Claro que no fue perfecta, pero ningún mito fundacional lo es. La Guerra de Independencia de Estados Unidos fue un conflicto profundamente falto de idealismo, su proceso constituyente no acabó con la esclavitud, y aun así bien orgullosos están los americanos de ambas cosas, porque necesitan creer en ellas para creer en sí mismos. Y no les va del todo mal. Aquí, lo mismo: las generaciones que no vivieron el franquismo necesitan creer en la Transición para creer en el país en el que viven, para empezar a crear una mitología de nuestra democracia, para sentir un orgullo y una lealtad hacia la patria democrática que, si bien podemos mejorar, también debemos cuidarnos sobremanera de preservar. Y si eso significa revestir la Transición de un halo inexactamente laudatorio, de una pátina excesivamente dorada, así sea.
Si bien es cierto que el cambio de régimen pudo haberse hecho mejor, está claro que también se podía haber hecho peor, o de un modo más traumático. Y no faltaban elementos que apuntaban precisamente en esa dirección. Creo que este artículo de Jiménez Torres nos debería llevar a reflexionar sobre ello, más allá de que se esté de acuerdo o no con lo que en él dice.
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