Rogelio Biazzi en Libertad Digital
Está bastante claro que dentro de la función de utilidad de ZP no está ni por asomo España. Al menos en el sentido altruista de desear que sus compatriotas vivan lo mejor posible, sentimiento que, dicho sea de paso, debería estar en todos los políticos. Esto no se aplica a cualquier ciudadano de a pie que, aunque pudiera serlo, no tiene por qué buscar el bien común. Pero sí debería formar parte del ADN de quien se dedica a la política... como a los jueces debería preocuparle la justicia, a los médicos la vida y a los cooperantes el desarrollo de los pueblos. Lo que sí motiva a ZP es el poder y el deseo de ser recordado por algo bueno, algo grande. Y así es que a nuestro leonés le brillan los ojos de ilusión al verse levantando la copa del mundo y festejando junto a una multitud enardecida ser el presidente que llevo a España a la gloria más alta. Aunque la alegría de la gente duré un segundo, unos días, semanas o incluso meses, eso a él le durará para siempre.
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