Antonio Robles en Libertad Digital
Aunque sólo sea para conjurar esta noche triste, debemos recordar que hoy nuestro sistema educativo no está haciendo lo conveniente para educar a nuestros jóvenes para la vida. Es un sistema protector –ya lo suspenderá la vida, parece decir– y no debe ser así. Un sistema educativo está para prevenir los avatares inciertos de la vida, no para jugar a la ruleta rusa con ella. Y muchas veces, como en este caso, nos olvidamos de esta terrible lección.
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