Con el título de este artículo, hace ya varias décadas, se publicó un libro que pretendía que el ocultismo volvía a controlar el mundo. La obra tuvo un éxito enorme aunque no convenció de la veracidad de sus tesis a casi nadie que leyera la prensa diaria. En otras palabras, el texto estaba bien traído, pero resultaba fantasioso e inverosímil. Así lo pensaba yo también, al menos hasta esta semana. Y es que en esta querida y doliente España se diría que no se puede ir más lejos en el terreno del disparate y la falta de sentido común, pero cada vez que se llega a la conclusión de que hemos apurado hasta las heces el cáliz de la majadería, alguien se ocupa de desengañarnos de nuestra ingenuidad.
lunes, 28 de junio de 2010
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