Es la conexión occidental la que constituye el hecho preocupante: es habitual que activistas proislamistas de extrema izquierda hagan propaganda política contra Israel y favorezcan la imagen de Hamás en el exterior, moviéndose en círculos radicales, desde castristas a independentistas y anticapitalistas. Pero el salto cualitativo se ha dado cuando han comenzado a participar en operaciones violentas, dirigidas cuidadosamente por el cinturón exterior de Hamás, que ponen en riesgo sus propias vidas. Ese pasar de denunciar el "conflicto" a participar abiertamente en él codo a codo con los mártires islamistas es lo que traerá problemas en el futuro, tanto diplomáticos como legales.
viernes, 4 de junio de 2010
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