¿Qué más le da al Gobierno que los legionarios rindan honores al Cristo de la Buena Muerte de Málaga? ¿O que los militares de la Academia de Infantería de Toledo puedan rendir honores en la procesión del Corpus? Si se guiara por el sentido común, nada. ¿Acaso son legionarios los furiosos laicistas progres, o acuden éstos en masa a las procesiones? Pero el afán anticatólico del Gobierno se demuestra precisamente en casos así, prohibiendo manifestaciones religiosas contra las que nadie protesta, porque a nadie hacen daño, y mucho menos a los militares que participan en ellas con orgullo. El verdadero proyecto de gobierno de Zapatero no es económico, sino social, y en él la desaparición de toda tradición católica juega un papel esencial. Y por eso el Ejército deberá rendir honores a Ban Ki-Moon y no al Cristo de Mena.
viernes, 4 de junio de 2010
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