David Jiménez Torres en Libertad Digital
Leer el triunfo en esta Copa del Mundo en clave de posibilidad ayuda a comprender que esto es sólo el principio. Las agresiones (aisladas, pero reales) en el País Vasco la noche del 11-J a gente cuyo único crimen era celebrar la victoria del equipo de todos evidencian que el Mundial no ha resuelto nada; sólo ha demostrado. Ha demostrado que es posible resolver nuestros problemas seculares, deshacernos de la herencia cancerígena de tiempos pasados; que los que por vivencias, prejuicios o ignorancia no se identificaban con la España del ayer pueden enamorarse de la del mañana; que gente como Xavi o Alonso pueden tener el orgullo de ser españoles sin detrimento de su orgullo de ser catalanes o vascos. Que podemos soñar con un porvenir menos mezquino, menos cainita, más pleno. Que podemos saltar hacia el futuro en vez de trazar circunferencias en el pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario