José María Marco en La Razón
La causa de Asia Bibi es una causa religiosa, pero también es la causa de la libertad misma, la de todos los que la quieren preservar, sean o no cristianos. Los gobiernos democráticos, que nos representan a todos y cuya legitimidad última reside en la salvaguardia de nuestros derechos, es decir de nuestra libertad, tienen la obligación de hacer todo lo que sea posible para impedir que continúe esta persecución intolerable contra los cristianos y contra la libertad. Tenemos medios, y podemos aplicarlos.
domingo, 21 de noviembre de 2010
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