Si, en palabras de Puigcercós, Madrid es una "fiesta fiscal" –esto es, si disfruta de impuestos más reducidos que los de Cataluña– no es por los privilegios que le haya otorgado el socialismo, sino por haber aplicado políticas propias de una sociedad abierta que la Esquerra tan furibundamente rechaza: presupuestos austeros, liberalización comercial y, también, tolerancia hacia la diversidad. Todo lo contrario de la senda por la que ha discurrido Cataluña en las últimas décadas y, de manera más enconada, en los últimos ocho años del proceso estatutario.
lunes, 15 de noviembre de 2010
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