Carlos Rodríguez Braun en La Razón
Todo el foco se ha concentrado en los culpables directos del caos, su inaceptable conducta y sus privilegios, mientras que el intervencionismo político y legislativo, la madre de este desgraciado cordero, ha quedado desdibujado. La increíble torpeza de los controladores, que no saben con qué sujetos se juegan los cuartos, facilitó el ocultamiento de otras responsabilidades. «Quien le echa un pulso al Estado, pierde», sentenció Alfred, y la población, ignorando los aspectos más totalitarios de este mensaje, lo respaldó. Smiley controla.
martes, 7 de diciembre de 2010
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