Alfredo Pérez prepara las elecciones. Con la falta de escrúpulos habitual en su comportamiento mueve los palillos que le convienen. La baza más fuerte jugada antes de las municipales fue auspiciar y mimar a los supuestos indignados (las imágenes más bien muestran a pandillas de vagos y mangantes tirados por el suelo), que berrean de vez en cuando, acosan a los munícipes del PP y evitan cuidadosamente protestar contra Bildu o su toma de posesión en ayuntamientos vascos; eluden acampar ante La Moncloa, ante el Ministerio del Interior o en la calle Ferraz, con la misma convicción con que insultan soezmente a Esperanza Aguirre, expulsan a los incautos que creyeron aquello del movimiento apolítico y se presentaron en Sol con una pancarta contra Rodríguez o con una bandera de España: pronto los desengañaron. Si algunos de la panda de Sol y asimilados tienen alguna ideología, son meros ultraizquierdistas utópicos y anarquistas recalcitrantes, gente peligrosa que aun no se ha enterado de que el Mediterráneo ya está descubierto. Y no digamos el Manzanares, pero insisten –protegidos por la policía de Alfredo– en comunicarnos folklóricamente su hallazgo: otro mundo es posible, seamos buenos, salvemos al planeta, no a los toros, corruptos tampoco, ricos asesinos y viva la democracia de verdad, porque ustedes no nos representan. Ooole, tomarse algo.
El día de constitución de los nuevos consistorios ha contemplado algaradas múltiples para empañar el éxito del timorato partido de la oposición (el único que hay): aperrean a Juan Soler en Getafe, a Jesús Gómez en Leganés, a Lanzarote en Salamanca. Siguen inéditas protestas parejas antisocialistas, o contra IU, que también cobran del "sistema". En Cibeles han cortado el tráfico disfrazados de ciclistas en pelota pidiendo menos humos y más ecología, como en Valladolid, o Salamanca, o Valencia –¿qué más da?– han exigido policías desarmados, se supone que para atizarles mejor. La bandera nacional ya no se iza en Lizarza (ni en cuatrocientos ayuntamientos más), al concejal del PP en Elorrio lo han vejado y zarandeado en el mejor estilo etarra y, para compensar, Alfredo Pérez afirma que Bildu no es ETA, con la misma credibilidad con que otrora aseguraba, muy convencido el tipo, que las 500 pistolas no las había robado la banda asesina. La Generalidad de Cataluña continúa ignorando las sentencias judiciales sobre enseñanza del español, tanto como los tiernos ruegos del Gobierno para que moderen el gasto presupuestario.
Los progres –es de suponer que con aquiescencia de Alfredo Pérez– arrecian en su campaña contra la Real Academia de la Historia; aprovechando que el río Cabe pasa por Monforte, se escarba más aun, con vistas a la crispación electoral, en el antifranquismo postizo de niñatos que no lo conocieron, o de talludos que sí, pero que jamás movieron un dedo, cuando te lo podían cortar. Con el concurso inestimable de políticos del PP, de periodistas de El Mundo, presentadores de Veo7 y Telemadrid, audaces tertulianos a quienes bastan dos palabras sobre Franco o la discutible biografía de la Bibiana para descalificar todo el Diccionario Biográfico, sin tener ni idea del esfuerzo que ha supuesto ni de la mucha utilidad de haberlo hecho. Quienes hemos participado en la obra y estamos orgullosos de ello, sí tenemos motivos verdaderos para indignarnos. Por tanta frivolidad, tanta inconsistencia y mala leche: la Sra. Cristina Cifuentes (diputada autonómica del PP) ha llegado a acusar a la RAH de "falta de seriedad", desconociendo los escollos de todo tipo que la obra topó. Ella: no recuerdo haberla visto nunca en la sala de lectura, ni investigando sobre nada. Y desconozco la lista bibliográfica de sus obras completas o incompletas. Por poner sólo un caso. ¿Qué sabrá toda esta tropa ágrafa, que vive de tópicos y vulgaridades del día a día, acerca de lo que se hace en la Academia? El tiovivo de España sigue girando, el circo no se rinde, nuestra auténtica seña de identidad.
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