El Gobierno que se declara heredero del Frente Popular y reivindica su chekista legitimidad, vuelve a una "reconciliación" al estilo de la de Carrillo, a fin de vencer, con su clásico heroísmo, a Franco después de muerto. Un objetivo central de su política es el Valle de los Caídos, al que, de momento, quieren privar de contenido religioso, expulsar a los monjes haciéndoles la vida imposible, y quizá convertirlo después en un museo de los horrores de su "memoria histórica" o dejarlo arruinarse. Bastantes de ellos no han ocultado su talibanesco deseo de volarlo.
miércoles, 17 de marzo de 2010
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