El problema de origen de la política exterior española está en que Zapatero no cree en la civilización occidental, a la que considera causa de los problemas del mundo. Desde las guerras al hambre pasando por las dictaduras, todo tiene en la mente de la izquierda postsoviética –de la que ZP procede– su origen en el cristianismo, el capitalismo, el colonialismo, el imperialismo. Respuestas simples a preguntas complejas, pero que en su mente cuadran perfectamente. Su Alianza de Civilizaciones podrá ser una estupidez diplomática, pero muestra a las claras las intenciones y convicciones del Gobierno: rechazo a la democracia liberal, rechazo al sistema de libre mercado y rechazo a los valores intelectuales y morales de nuestra civilización.
miércoles, 17 de marzo de 2010
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