Juan Ramón Rallo en Libertad Digital
No se entiende –salvo que uno se sumerja en los desvaríos keynesianos donde el ahorro es consumo, la inversión se transmuta en ahorro, resulta posible demandar sin ofertar y es habitual ofertar para no demandar nada, ni siquiera dinero– que el endeudadísimo Estados Unidos reclame a la endeudadísima Europa que ambos continúen endeudándose hasta que se recuperen sus economías, ésas que precisamente necesitan reducir su endeudamiento para recuperarse. Es más, no se entiende que el el endeudamiento se confunda con crecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario