Juan Ramón Rallo en Libertad Digital
El Gobierno irlandés está dispuesto a hacer las reformas que la economía necesita –a falta de que su ciudadanía le deje y de que Bruselas no le imponga un plan de ajuste estrambótico como sería forzarle a subir el impuesto de sociedades–. Nosotros ni tenemos un Gobierno así ni es previsible que lo tengamos. Por consiguiente, aunque Irlanda se hunda, resurgirá de sus cenizas; es más, en cierto modo, tras toda una década de malas inversiones generalizadas en el ladrillo y la banca, el hundimiento puede ser la única purga que les permita recomponerse. En cambio nosotros seguimos arrastrando unas perspectivas de crecimiento pobres o nulas por culpa de una clase política que se empeña en que no se reajuste nada en nuestro sector productivo.
lunes, 22 de noviembre de 2010
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