Editorial del programa Sin Complejos del sábado 16/4/2011
Antonio Troitiño Arranz se incorporó a ETA en 1982, cuando contaba con 25 años de edad.
En octubre de 1983, participa en el asesinato a tiros del empresario Lorenzo Mendizábal.
En junio de 1984, participa en el asesinato del guardia civil Ángel Zapatero Antolín, mediante una bomba lapa colocada en su coche. En ese atentado resultó también herido un niño de 14 años.
En abril de 1986, participa en el atentado contra un Land Rover de la Guardia Civil, en el que fueron asesinados cinco agentes de la Benemérita.
En junio de 1986, participa en el asesinato del teniente coronel Carlos Besteiro, del comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas y del soldado Francisco Casillas Martín.
En julio de 1986, participa en el atentado de la Plaza de la República Dominicana, en el que fueron asesinados 12 guardias civiles y resultaron heridos otros 44. Antonio Troitiño fue el encargado de accionar el control remoto que hizo explotar una furgoneta cargada con 40 kg de Goma2 al paso de dos autobuses de la Guardia Civil.
Detenido en enero de 1987, tenía una condena que, sólo por el atentado de la Plaza de la República Dominicana, ascendía a más de 2.000 años.
Según la Doctrina Parot que el Tribunal Supremo estableció en 2006, Antonio Troitiño tenía que haber salido de la cárcel en el año 2017, después de cumplir 30 años en la cárcel.
Y sin embargo, Antonio Troitiño - después de asesinar a 22 personas y herir al menos a otras 45 - ha quedado en libertad seis años antes de lo previsto, gracias a una nueva doctrina aprobada en el año 2008 por el Tribunal Constitucional.
Los magistrados Guillermo Jiménez Sánchez, Vicente Conde, Eugeni Gay, Elisa Pérez Vera y Pascual Sala decidieron modificar, un mes después de las últimas elecciones generales, los criterios de cálculo de las penas de cárcel, de modo que los presos condenados por varias causas pudieran descontar por separado en cada una de ellas el tiempo pasado en prisión provisional.
Esta doctrina establecida por esos cinco magistrados, que favorece a los delincuentes múltiples, es tan aberrante que dos años después el Parlamento aprobaba una modificación del Código Penal para enmendarle la plana al Tribunal Constitucional.
Pero claro, a los presos se les aplica siempre la legislación más favorable, con lo cual todos los etarras con múltiples condenas se verán beneficiados.
Antonio Troitiño ha visto reducida en seis años su estancia en prisión gracias a esa sentencia del Tribunal Constitucional. Y en los próximos meses, otros varios presos de ETA y del GRAPO saldrán de la cárcel anticipadamente, en aplicación de esa misma doctrina.
No tengo las pruebas documentales. Si las tuviera, iría al juzgado de guardia para interponer una denuncia contra los responsables de que Antonio Troitiño haya quedado en libertad.
Pero hace ya mucho tiempo que no creo en las casualidades. Así que permítanme transmitirles mi convencimiento de que esa decisión del Tribunal Constitucional, tomada un mes después de las elecciones de 2008, no obedece a ninguna casualidad, ni se trata de ninguna metedura de pata, sino que es una decisión consciente, tomada en el marco del proceso de negociación con ETA y a sabiendas del efecto que esa decisión iba a tener sobre el tiempo de estancia en prisión de los etarras.
Permítanme transmitirles mi convencimiento de que detrás de esa aberrante decisión de esos cinco magistrados del Tribunal Constitucional está ese Gobierno socialista que negocia con ETA, que dispone así de una manera de saltarse la doctrina Parot, para poder empezar a poner presos en la calle antes de las elecciones de 2012.
Permítanme expresarles mi convencimiento de que esa decisión ha contado con el aval del actual Partido Popular de Mariano Rajoy, puesto que al menos dos de los magistrados del Constitucional que tomaron esa decisión pertenecían al denominado "sector conservador" del Tribunal.
Acabamos de asistir a una nueva humillación a las víctimas del terrorismo, que ven cómo se les niega la mínima justicia de que los asesinos de sus seres queridos cumplan al menos el máximo de 30 años de reclusión que el antiguo Código Penal contemplaba.
Se avanza, así, un paso más en ese proceso de negociación que va a terminar, sí, con vencedores y vencidos, pero donde los vencidos no van a ser los asesinos, sino sus víctimas.
Me avergüenzo de un Tribunal Constitucional cuyo único papel es retorcer la Ley y pisotear el Estado de Derecho, al dictado de sus amos políticos.
Me avergüenzo de un Gobierno dispuesto a todo con tal de que ETA termine consiguiendo cada uno de sus objetivos, incluida la puesta en libertad de sus asesinos presos.
Me avergüenzo de una Oposición que calla y otorga, permitiendo que el Gobierno humille de nuevo a esas víctimas a las que antes el PP defendía.
Y me avergüenzo, también, de esos miembros de los servicios de información que han contribuido indirectamente - ayudando a ocultar la verdadera realidad del 11-M - a que los asesinos de sus compañeros empiecen a salir a la calle.
Porque ese atentado masivo e indiscriminado del 11-M fue el detonante que sirvió, precisamente, para poner en marcha ese proceso que permite ahora que asesinos como Antonio Troitiño queden en libertad.
Vosotros, los miembros de los servicios de información que sabéis y calláis acerca del 11-M, sois tan culpables de la puesta en libertad de Antonio Troitiño como esos miembros del Tribunal Constitucional que retuercen las leyes para beneficiar a los asesinos de vuestros compañeros; sois tan culpables como ese Gobierno que mueve los hilos de sus guiñoles en el Tribunal Constitucional, al compás de una negociación infame; sois tan culpables como esa Oposición que simula oponerse a la negociación con ETA, al mismo tiempo que trata de desactivar por todos los medios la protesta de su base social contra esa negociación.
Sois igualmente culpables, porque teníais en vuestra mano haber evitado lo que está sucediendo y preferisteis callar.
Los asesinos de vuestros compañeros están hoy de enhorabuena gracias, en parte, a vuestro silencio.
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