Los tremendos desequilibrios económicos en la zona euro tienen sus efectos también en la zona Schengen. Países con graves crisis como Grecia, Portugal y España y en buena medida Italia, son vistos ya como socios de riesgo por parte de otros países europeos. Que han hecho sus profundos ajustes y recortes antes, hoy se recuperan y no quieren sufrir los efectos perversos de las crisis meridionales, donde los gobiernos no quieren o no pueden aplicar las reformas necesarias.
Nos pasa con el euro. Y nos pasa con la inmigración. Dinamarca, con menos de la tercera parte del desempleo de España, considera un alto riesgo que inmigrantes en España, Grecia o Italia, lleguen a la lógica conclusión de que en el norte escaparán con mayor facilidad de la crisis. Es el origen del conflicto incivil entre París y Roma que estos supieron superar precisamente con la solicitud de medidas especiales ante situaciones especiales.
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