Sólo un triunfo holgado del Partido Popular puede terminar con la pesadilla de sabernos gobernados por un especimen inclasificable como Zapatero. Pero Mariano Rajoy no se enfrenta a su mal. Se limita a engañar las molestias con medidas pasajeras. Es como el Omeprazol, un fármaco formidable que alivia y elimina los dolores esofágicos pero no sana la enfermedad.
domingo, 11 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario