Bernd Dietz en Libertad digital
El liberalismo es edificante, Hayek y los suyos. Es epistemológicamente útil. Intelectualmente consistente. Mas requiere el concurso de cierta inteligencia consecuente, de estirpe estimuladora, de imperativo categórico: las antípodas de Torquemada. En poco nos auxilia si miramos alrededor. Porque el vecino al que sonreímos cortésmente cada mañana en la escalera no está en tales cábalas. Le sonarían a herejía, si pretendiéramos su complicidad. Nos miraría peor, cavilando sobre lo que le apetecerá hacernos cuando le levanten la veda.
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