Lo que de verdad indigna es lo de los liberados sindicales. En teoría cobran por defender a los trabajadores. Pero ahora hemos sabido que a lo que se dedican de verdad es a armar bronca. Por orden de Méndez, fueron los encargados de organizar el griterío pro-Garzón. Para que luego digan que no dan golpe.
jueves, 15 de abril de 2010
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