Los economistas quedan muchas veces estupefactos con los argumentos que emplean algunos políticos. Para siempre quedó lo de "la prosperidad está a la vuelta de la esquina" de Hoover, o la famosa de Leon Blum en 1936, cuando triunfó en Francia el Frente Popular, de que simultáneamente "iba a aumentar los salarios, que el tipo de cambio del franco quedaría estable, que disminuiría el coste de vida y que se reduciría el paro". La consecuencia de lo primero fue el arrollador triunfo de Roosevelt, y de lo segundo –repasemos el artículo de M. Kalecki, The lesson of the Blum experiment, o lo que sintetiza Pedersen en su Teoría y política del dinero (Aguilar, 1946)–, que muestran que por esa promesa Francia experimentó un auténtico caos. Ahora, en el Senado, el presidente Rodríguez Zapatero señala, ante el asombro general, que "Aznar es el responsable del 70% de los parados en la crisis".
Veamos lo sucedido. Una serie de medidas muy ortodoxas y el ingreso en la Eurozona provocaron una fuerte expansión en la economía española en el periodo 1996-2003, correspondiente al Gobierno Aznar. Pero en el año 2003 precisamente se comenzaron a observar cifras típicas de un recalentamiento, combinadas con el inicio de un incremento del déficit de la balanza por cuenta corriente respecto al PIB que pasan del 0,2% en 1996 al 4,0% en 2004. Simultáneamente se mantenía el equilibrio del saldo presupuestario –el déficit era un 0,0%, o sea equilibrio perfecto, en 2003, gracias a la labor en Hacienda de Cristóbal Montoro–, y la deuda pública, que era del 66,8% sobre el PIB en 1996 y se había reducido al 48,8%. Simultáneamente se agregaban los primeros síntomas de una expansión, que podía ser excesiva, en el sector inmobiliario.
Desde 2004 gobernó el señor Rodríguez Zapatero. Conociendo lo ocurrido al final del periodo anterior, en el del modelo Aznar-Rato-Montoro, era lógico que se esperase un cambio de modelo. Precisamente a finales de 2003, precisó los puntos débiles del entonces existente Jaime Terceiro, en una intervención que se publicó en los Anales de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en 2004, justamente cuando comenzaba el Gobierno de Rodríguez Zapatero. ¿Hizo algo esta nueva Administración para cambiar las cosas? Todo lo contrario. Ante el asombro de los economistas, aceptó todos los desequilibrios, precipitándonos, ocurriese lo que ocurriese en el mundo, hacia una crisis propia, radicalmente española. Ya en 2006, antes del golpe veraniego de 2007, el déficit por cuenta corriente había saltado al 8’5%, y aun a pesar de la depresión existente, da la impresión de que 2011 concluirá con un saldo negativo del 6,7%. Y por lo que se refiere al déficit presupuestario, la política de Rodríguez Zapatero generó su subida hasta el máximo histórico español conocido, desde 1850 hasta ahora, del 11,1%, que continúa con otro que tampoco había sido logrado jamás, del 9,2%.
A Aznar, tras la etapa anterior, aun con el más severo de los análisis, siempre le cabrá el beneficio de la duda sobre si iba a recomendar a Rajoy que cambiase el modelo. Para su sucesor lo único que existe es la constatación de una serie de errores continuos y sistemáticos. El examen de documentos, memorias, y otro material aun inédito servirá para conocer si el causante, como Hoover y Blum, fue Rodríguez Zapatero o él sólo fue un engañado por Solbes. Éste no ha hablado, y cuando lo documente será algo precioso para nuestra historia económica. Por ello, con un mínimo rigor, es preciso decir que no el 70% del desempleo actual, sino su 100%, es responsabilidad íntegra de la Administración presidida por Rodríguez Zapatero.
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